Somos los únicos observando la espiral.
Para cuando empezamos a deshacer el camino recorrido
ha dejado de llover y comienzan a hacerse audibles los sonidos del lago,
un ligerísimo oleaje produce un sonido muy relajante. Los débiles rayos de luz entre las nubes hacen que se muestren unos tonos rosáceos y morados que, desafortunadamente, la cámara no es capaz de recoger.
Subimos hacia donde habíamos dejado el coche y oimos unas voces; resultan ser las dos personas del Focus. Él, vestido con un túnica morada, va equipado con una video cámara. Nos dicen que han venido desde Minessota; se quejan también de la luz y la lluvia. Subimos un poco más la colina para conseguir una mejor perspectiva. Unas cuantas fotos más
y comenzamos nuestro camino de vuelta.
HASTA PRONTO AMIG@S!
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