VIERNES 2 DE ABRIL DE 2010
María y yo tenemos que levantarnos pronto para iniciar nuesta aventura guatemalteca. El destino fue elegido un poco por azar. Nuestra idea era ir a México o Cuba (¿sabéis que está prohibido ir a Cuba desde EEUU? Tienes que ir a México o Canadá y volar desde ahí de tapadillo) pero los precios de los vuelos eran ridículos asi que Guatemala pareció ser una buena alternativa.
Desde Chicago volamos a Dallas y de allí a la ciudad de Guatemala, hubo un poco de retraso en la escala pero, a parte de eso todo bien. Aprovechamos el retraso para contactar con el hotel y reservar un taxi que nos estaría esperando a nuestra llegada al aeropuerto ya que el alojamiento lo tenemos en Antigua Guatemala. Antigua es una ciudad de aire colonial que era la capital del país y que fue arrasada en el siglo XVIII por un terremoto. Es muy famosa por sus procesiones de Semana Santa y por las alfombras de flores que hacen en sus calles durante estas fechas.
Llegamos al hotel en Antigua; el Porta Antigua hotel, es una maravilla, está localizado en un par de caserones que se comunican entre sí por un túnel. Las habitaciones se organizan en torno a patios con piscinas,
jardines,
estanques,... cada habitación recibe el nombre de un pueblo del país y en el interior de las habitaciones tienes la explicación de ese pueblo así como el traje regional típico de esa zona.
Todas las habitaciones tienen chimenea y están decoradas con mucho estilo, los techos son muy altos de madera, vaya, me encantó aunque, desafortunadamente no lo pude disfrutar tanto como me hubiera gustado.
Es Viernes Santo asi que, aunque estamos muy cansadas, nos echamos a las calles de Antigua en busca de procesiones y de alfombras de flores, vimos las dos más importantes; la de la Escuela de Cristo
y la de San Felipe.
Todos los turistas estaban impresionadísimos pero la verdad es que para dos españolas que han visto tanta procesión y han escuchado tanta saeta, aunque sea en televisión, pues no es tan sorprendente. Lo que sí que me resultó curioso es que en España, hasta donde yo conozco, se cargan imágenes individuales: el féretro de Cristo, la Dolorosa, ... pero en Antigua se cargan escenas con varias imágenes, las dimensiones son enormes y lo cargan muchísimas personas. Unas veces son hombres, otras mujeres y otras niños. 
Las alfombras de flores esperan a la procesión y después de su paso, éstas están destrozadas. Nosotras estamos igual que las alfombras y nos volvemos al hotel para poder estar descansadas y organizar el resto de los días.
SÁBADO 3 DE ABRIL DE 2010
Nos vamos a desayunar a eso de las 9 a un cine que tiene cafetería y que ofrece desayuno chapín (así es como se llama a los guatemaltecos por los chapines que son una especie de sandalias que usan allí) por 28 quetzales (cada dólar es el equivalente a 8 quetzales, unos 10 queztales por cada euro). El desayuno chapín incluye plátano frito, huevos revueltos, frijoles, sandía y queso fresco. 
Nos damos un paseíto y nos compramos un granizado que hacen con una máquina que pica un bloque de hielo, es todo manual;
al hielo picado le añaden el jugo de unas limas y la señora me pregunta si quiero sal y chile, yo le digo que lo quiero con azúcar y la cara que me puso fue un poema; al final me añadió un poco de sirope para que fuera un poco más dulce (5 quetzales). Empezamos a entrar en todas las agencias de viajes para intentar organizar las excursiones que queremos hacer y, aunque creíamos que sería fácil, de eso nada. Nos llevó todo el resto del día. A la carrera conseguimos, a eso de las 7 de la tarde, tener todo arreglado:
El domingo nos iríamos a Tikal a ver las ruinas mayas ($265, cuando en otros sitios nos querían cobrar $330).
El lunes al lago Atitlán ($35).
El martes subiríamos al volcán Pacaya (50Q + 40Q de la entrada al parque).
Estamos agotadas de correr de un sitio para otro pero la cena fue estupenda, no sé muy bien si porque era Semana Santa o porque era fin de semana, había unos puestos en la calle que ofrecían comida y bebida, comimos una ternera a la plancha con cebolla y frijoles por 15Q que estaba deliciosa y lo acompañamos de un fresco de verano (una bebida que hacen con el zumo de todas las frutas de verano). Sé que no es lo que te recomiendan hacer. Siempre que se viaja a países como este te dicen que eludas comer en la calle, nada de hielo y nada de bebidas hechas en la calle, la verdad es que tenía muchas ganas de comer lo que comen ellos y beber lo que beben ellos; nos arriesgamos y la cosa salió bien.
Directamente al hotel porque lo que no os he dicho es que el traslado para el aeropuerto lo tenemos a las 4 de la mañana y nos tendremos que levantar a las 2:45.
HASTA AHORA AMIG@S!
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