domingo, 25 de enero de 2009

SPRINGFIELD (PERO SIN LOS SIMPSONS)


Sábado 17 de enero de 2009

Este fin de semana es más largo y es que el lunes es el aniversario del nacimiento de Martin Luther King Jr. y es fiesta.Quedamos a las 5:45 para coger el tren de las 7:00 que nos llevaría a conocer "The Land Of Lincoln" o lo que es lo mismo, la tierra de Lincoln. Todo bien hasta que llegamos a la Union Station desde donde salen los AMTRAK o lo que viene a ser los trenes de medio y largo recorrido y...un viaje que habíamos visto por internet que nos costaría 36 $... pues no, ¿y por qué? os preguntaréis, pues porque resulta que debe funcionar tipo Easyjet. Sacan cuatro asientos a ese precio y luego va aumentando. ¿La broma? 57$; en vez de 18 cada trayecto, pues no 24 y 33 respectivamente y claro, con esa panorámica ¡cualquiera deja a la suerte el comprar el billete de vuelta!
El viaje debía durar unas tres horas pero ¡sorpresa, sorpresa!, las agujas para cambiar de vias están heladas. Y ¿qué pasa cuando se hielan las agujas? Intentan arreglarlas, mil disculpas, el tren un poquito hacia atrás para tomar la via de enfrente, al rato más de lo mismo..., conclusión cinco horitas y media y llegada a Springfield pasadas las 12:30, la verdad es que a toro pasado, y viendo lo que había que ver en Springfield casi mejor que el tren se retrasara. A la ciudad le podían haber llamado la Tierra de Nadie o del fantasma de Lincoln porque no había nadie en las calles, incluso la oficina de información y turismo estaba cerrada, cerraba los fines de semana, y es que parece que todo debe estar montado para las visitas escolares.
Bueno, el caso es que cuando llegamos teníamos más hambre que el que se perdió en la isla y hasta encontrar un lugar donde comer parecía complicado, la estampa era digna: calles desiertas, locales a la venta, casas abandonadas,... Finalmente fuimos a los bajos del hotel Hilton donde, pese a lo que se pudiera esperar de un hotel de postín, el restaurante era un irlandés; cayó una hamburguesita; bastante buena por cierto que llevaba una salsita hecha con Guiness.
Después fuimos a visitar el hito por excelencia, y creo que lo único abierto ese día por otro lado; la casa de Abraham Lincoln. Han montado como un par de callecitas a lo siglo XIX con algunas casitos de la época y bueno, está curioso. Te lo enseña un guardia de un parque nacional muy a lo oso Yoggi; bueno, eso estuvo bien. Compré alguna réplica de algunos de los manuscritos del presidente.
Después de eso vuelta a la estación, afortunadamente para vuelta todo fue según lo previsto y llegamos a la hora esperadada porque ya está bien, cerca de nueve horas de camino para estar allí cuatro.

En fin, ¿mereció la pena? pues no sabría deciros al menos podemos decir, yo estuve allí.

HASTA PRONTO AMIG@S!

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